Oscar Portela
EL CORAZÓN
de Oscar Portela
(a los que fueron y son ya para siempre)
Escucha el corazón de la piedra. La estalactita
Escucha. Escucha los lamentos del viento.
El corazón de Nada escucha. Escucha es corazón.
Y vértigo. El pino en las alturas mira el abismo
Sin temer lo oscuro. Escucha. El corazón escucha.
Asimismo se ausculta el corazón y advierte
La intemperie. La incuria. La soledad que espanta.
El incubo que nace. La muerte que despierta.
La soledad que asfixia las cometas de un cuerpo
Que fue consagración de primavera. Y escucha corazón
Las plañideras flechas del deseo.
No es este el corazón que siente.
Es grafía del cuerpo y del espanto. Escucha
Tierra el corazón que nace de tus
Propias entrañas y asciende hacia lo mudo.
Hacia el azur profano. El corazón que mira
El cuerpo de Afrodita y se convierte en llanto.
Es este el corazón llagado. La lengua es su destino.
Los labios, las plegarias, las promesas.
El proemio de una historia de amor y de un
Cuerpo sin penas. Escucha corazón. El corazón
Escucha. ¿ Recuerdas las tardes del estío,
El río que no vuelve, las riberas, los árboles,
La soledad sin fin y nosotros apenas desnudos
Y sin nombres para el libro que viene?.
Aquí estas corazón. Aquí tú escucha.
Tu final sin historias ni quejas ni llamados.
Escucha corazón y dime las plegarias
De una pregunta apenas. El Adamita espera.
Desnudo corazón tu escucha y pena.
El agua escucha.
Pasa y escucha las endechas del tiempo.
Las flechas con que Apolo hirió a Marcias y el canto
Con que florece el loto en las aguas del lago.
Escucha corazón. Escucha. Y dime todo. Todo.
Dame su joven cuerpo. Desnúdalo de nuevo y entrégalo
A mis cantos. A la oración primera. A las albas que Eros
Vio nacer en mi pecho. El corazón escucha. Escucha
El corazón escucha y tañe la amapola. El lirio y la azucena.
Yo torno -je tournat - a vigilar lo pleno.
Construyo sobre escombros como Abel Posse quisiera.
Y allá en la luz astral de otro sangral poniente
Lisa sonríe a solas ya para siempre.
Escucho corazón. Yo escucho. Soy tuyo aún.
Aun soy primavera. Escucha en la sonata de la luna
Que llama a todos y aún espera. Espera
La vigilia de un hombre que está solo y espera.
Corrientes- Argentina.
Yo ya he dejado de existir en mi obra y la
grafía hace que desaparezca el sustantivo yo y la persona de carne y hueso que va a desaparecer y quede lo esencial: la escritura.
Fragilidad
inspirado en Edilson Nascimento
dedicado a Sabinne.
por Oscar Portela
Eres el Ángel. Estas aquí, encarnado.
Junto a mí. Eres mi abismo.
La frágil belleza que lo destruye
Todo. Tus manos no son Manos.
Son las Ligeras Alas que el viento
Agita sobre la tierra árida
Desposada a mí llanto.
Si lo supieras, ese saber también podría
Destruirme. Ni un instante siquiera
Podría soportarlo. Es el ámbito
Donde el abismo busca el Éter y ambos
Sellan un nuevo pacto.
Mi corazón estalla. ¿Como un mortal
Podría soportarlo? Encegueciéndose.
Pero en tinieblas veo estremecerse
Todo lo que a tu paso siente
La presencia del Ángel.
Imposible fue y será soportar la
Medida deste infinito que sopla aquí
A mi lado. Insomnio Eres Tú.
Deja que éste mortal consuma
Sus temores violáceos y vuelque sus
Cenizas en honor de tus Alas.
Fragilité
avec Edilsón Nascimento
à Sabine
poema de Oscar Portela
Tu es l’ange. Ici, incarné.
Avec moi. Tu es mon abîme.
La beauté fragile qui détruit
Tout. Tes mains ne sont pas des Mains.
Ce sont les ailes légères que le vent
Agite sur la terre aride
Fiancée à mes pleurs.
Si tu le savais, ce savoir aussi pourrait
Me détruire. Tu ne le supporterais pas.
Pas même un instant. C’est l’étendue
Où l’abîme cherche l’Éther et tous deux
Signent un nouveau pacte.
Mon cœur souffre. Comment un mortel
Pourrait-il le supporter ? En s’aveuglant.
Mais dans les ténèbres, je vois s’agiter
Tout ce qui sur ton passage révèle
La présence de l’Ange.
Ce fut impossible et le sera toujours supporter la
Mesure dans l’infini qui souffle ici
À mes côtés. Tu Es l’Insomnie.
Laisse ce mortel consumer
Ses peurs violacées et verse ses
Cendres en honneur de tes ailes.
EL ABANDONO
a Graciela Maturo
Poema de Oscar Portela
El cuerpo me abandona lentamente.
Los ardores de fragua del verano.
El tortuoso invierno. La recelosa cobra
Del deseo oculta en madriguera.
Los colores minados por la ausencia
De la piel renovada en staccato de cada primavera.
El oro en las arenas y el sueño, el sueño
De quien entra a la presencia como a un bosque de
Símbolos donde no estabas tú. No es un arca mi cuerpo.
No es chalupa siquiera: siniestrado por las tormentas
Y huracanes, siempre en desiertos, ¿como podría
Salvar algo de lo queda en la memoria de aquel
Pajaro Azul que ayer cantaba en mis ventanas?
Ah, llévame contigo hacia el poniente donde nada
Se pone, traspone el horizonte, piérdete entre las nubes
Más lejanas, atisba entre las cifras donde tal vez
Los ángeles arrullen el silencio de Dios.
¿Volverás a la tierra? Tal vez el pino enhiesto en la colina
Te espere como el rayo y el amor que te abandona ahora
O que nuca tuviste encuentre asilo entre sus ramas
Cuando lo yermo cede y en tus ojos vuelve el lapacho
A florecer serenamente.
Oscar Portela
UN POEMA DE OSCAR PORTELA TRADUCIDO
AL CATALAN POR JOAN NAVARRO
L'ABANDÓ
Poema de Oscar Portela
a Graciela Maturo
El cos m'abandona lentament.
Les cremors de farga de l'estiu.
El tortuós hivern. La recelosa cobra
Del desig oculta al cau.
Els colors minats per l'absència
De la pell renovada en staccato de cada primavera.
L'or en les arenes i el somni, el somni
De qui entra a la presència com a un bosc de
Símbols on tu no hi eres. No és una arca el meu cos.
No és xalupa tan sols: sinistrat per les tempestes
I huracans, sempre en deserts, ¿com podria
salvar alguna cosa del que resta en la memòria d'aquell
Ocell Blau que ahir cantava en les meues finestres?
Ah, porta'm amb tu vers el ponent on res no
Es pon, tramunta l'horitzó, perd-te entre els núvols
més llunyans, albira entre les xifres on tal vegada
Els àngels amanyaguen el silenci de Déu.
Tornaràs a la terra? Tal vegada el pi dreçat en el turó
T'espere com el llamp i l'amor que t'abandona ara
O que mai no vas tenir trobe asil entre les teues branques
Quan l'erm cedeix i als teus ulls torna el lapatxo
A florir serenament.
Oscar Portela
[Tradución al catalán de Joan Navarro]
El abandono
a Graciela Maturo
poema de Oscar Portela
El cuerpo me abandona lentamente.
Los ardores de fragua del verano.
El tortuoso invierno. La recelosa cobra
Del deseo oculta en madriguera.
Los colores minados por la ausencia
De la piel renovada en staccato de cada primavera.
El oro en las arenas y el sueño, el sueño
De quien entra a la presencia como a un bosque de
Símbolos donde no estabas tú. No es un arca mi cuerpo.
No es chalupa siquiera: siniestrado por las tormentas
Y huracanes, siempre en desiertos, ¿como podría
Salvar algo de lo queda en la memoria de aquel
Pajaro Azul que ayer cantaba en mis ventanas?
Ah, llévame contigo hacia el poniente donde nada
Se pone, traspone el horizonte, piérdete entre las nubes
Más lejanas, atisba entre las cifras donde tal vez
Los ángeles arrullen el silencio de Dios.
¿Volverás a la tierra? Tal vez el pino enhiesto en la colina
Te espere como el rayo y el amor que te abandona ahora
O que nuca tuviste encuentre asilo entre sus ramas
Cuando lo yermo cede y en tus ojos vuelve el lapacho
A florecer serenamente.
de Alejandro Drewes a Oscar Portela
Oscar, hermano, me he quedado simplemente pasmado, impactado es poco decir, con la belleza y el desasimiento, el desgarramiento de este poema tuyo.
Un dolor sereno sin embargo del ser que se asume como una mínima partícula en el eterno cambio de los eones, errante paso entre los velos de Maia y habitando ese escenario del casi tropico que se vuelve Universo todo al leerte, Poeta.
Y no es menos que me lo hayas enviado en una lengua que me es tan cara, la de muchos de mis poetas amados en otros momentos de mi vida.
Anclado quedo ya a la barca de estas palabras.
Un enorme abrazo
Alejandro Drewes
Embriaguez del desierto
poema de Oscar Portela
Carne desocultada y amanecida siempre.
Carne refugio del áspid y la alucema.
Carne donde despierta el sol y se posan
Las sombras sobre el día anterior al día
En que el desierto vio por vez primera
Sin nostalgia ninguna rodar sobre el cilicio
La negra sombra del insecto primero.
Carne portadora de la carta robada.
Carne sin destinatario ni remitos del cielo.
Carne sin húmeros ni nombres.
Solo cilicio dorado sobre la ardida piel y
El escozor del sol, “la sed”, “la sed”, que se
Exalta en la primér pulsión que conduce
Hacia el dátil y el oasis tan solitario como
Esta carne sin nombre y sin origen, aún sin
Cuerpo y órganos donde posar mirada, buscar
Refugio, ser colonia portadora de territorios
Que pidan ser colonizados por los gérmenes
Portadores de vida - el rayo- los elementos todos
Que ahora vienen hacia el dominio de la nada
Y hacen aquí su labrantío.
¡Oh carne, tierra sin nombre, desierto sin posada!
Inocencia de lo que no tiene antes ni después
Y eternamente se repite en la palabra
Que tú pones en mí, siembras en mí, oh principio
Generador de vida, belleza y fuerza,
Sin otra esfera rotatoria que hacerme tuyo
Y como el sol antes del sol y hacernos mutuamente
Desde un principio sin principio
Destinados al goce y la locura,
Destrozándonos en la afirmación
De la eterna metamorfosis de lo mismo.
Mis cenizas serán el alimento de los cuerpos
Que nuevas carnes roten y vida y muerte
Serán las aleteias del instante perfecto
Sin nostalgias de purezas profanas.
Tu piel cubierta de cilicio y de oro, tu misma
Piel dorada es la del dios que muere y solo indica
El camino de la vuelta a la gracia de la inocencia
Del devenir que fluye como fluyo desde tus brazos
Hacia el cenit de destilada sangre.
Y olvidado de todo en la anamnesis
De saberme escandido hago de toda carne
Hoja donde grabar los éxtasis de un Eterno
Retorno pues que soy el trabajo de tus días
Nícholas Lemons alabanza de lo que no
Será perdido y dios humanizado por las gracias
Que presiden los ciclos y gestaciones todas
Del juego del azar que recomienza
Cuando tú me devuelves el Ápeirón que estalla
En el cincel de oro que buriló tu cuerpo
Para hacer de mi carne un Jardín de Delicias,
Y ver crecer un niño solar del torso en el cual
Duerme ciego al horror de todo
La inocencia del mundo que tú llevas contigo.
Oscar Portela
Corrientes- Argentina
EL VERBO Y LA CARNE
POEMA DE OSCAR PORTELA
A BRUNO SANTOS
De que luz primigenia. De que aurora
Nacida al amparo de vulneradas muertes.
De que amarillas lunas ahogadas por el agua
De lagos primordiales como los elementos.
De que silbidos áureos que presagian
El transito del caos a la armonía cósmica
El alfarero inaugural hizo tu cuerpo de la arcilla
Más pura desta tierra, oh Bruno, a torbellino y
Magia condenado.Tú eres la tierra adolecida
De toda la inocencia de un devenir sin deudas
Y el milagroso azar que nos corona con recia
Aristocracia del más audaz deseo de la especie.
¿Que alfarero y chaman mojo sus dedos en las
Dolientes viseras de un pájaro para
Amasar tus labios, ánforas que contienen toda
Las endechas del mundo? ¿Que coreutas osados cantaron
El nacimiento de tus formas cinceladas en ébano
Cubiertas por tu carne trabajada en arcilla
Santificada por la aurora de América?
¿Que chaman te bautizo en la cuna de verde césped
Humedecido por el rocío del alba primigenia?
¿Que sinuosos ríos de montaña dibujaron tus caderas
Que huyen de las manos del hombre y de todo poema?.
Y tus desnudos muslos que envidian las efigies
Y se rompen los harapos de humanas vestiduras
Para surgir desnudos y perfectos como la melodía
Que los vientos ponen en las florestas para que todo
Asombro bañe la hermosura de un Dios que esperara
La hora de bendecir el suelo que nos toma y tomara
Nuestros deseos todos para quemarlos en la hoguera
Del amor deseado y devolverlos a la tierra fértil
A la que pertenecemos los mortales y dioses
Que embellecen las horas de los días terrestres?
No hay templos para ti oh Bruno, ni poemas que no se rompan
Por que eres mas bello que el verbo convertido en palabra?
Pero tú justificas todo el dolor del mundo.
Tu belleza es el premio y la eternidad del oro.
El dolor dice pasa pero el goce quiere contemplar tus fulgores
La eternidad efímera del búcaro que no puede morir
Y vuelve eternamente como los dioses de la tierra que son
El salmo de la tierra misma y tu su encarnación oh Bruno Santos.
Oscar Portela
OSCAR PORTELA
POR ESAS COSAS DEL DESTINO
POR ROCÍO PÉREZ
2009-01-19 - Oscar Portela es un escritor correntino que nació en 1950 y hasta lo 12 años vivió en Loreto. Trabajó en varios diarios, fue el creador revistas como Signos, Tiempo y Diagnóstico, y obtuvo reconocimientos nacionales e internacionales.
Este hombre de letras que publicó 12 libros de poesías, varios ensayos filosóficos y políticos, y numerosas críticas de cine, actualmente colabora con diversos medios tanto argentinos como extranjeros. El poeta, considerado una de las voces más importantes de la literatura argentina, afirma que la gente lee solo aquellos libros que el mercado impone.
¿Por qué eligió la literatura?
Yo no la elegí como una carrera. Viví hasta los 12 años en el campo y era asmático y no podía hacer nada de lo que hacían los demás chicos. No me dejaban correr ni jugar al fútbol. No se si es algo casual, o se mezcla lo causal con lo casual, pero había una enorme biblioteca en mi casa. Y en esa época en la que no había luz eléctrica ni nada, la única salida para motivar la imaginación era la lectura, que se convirtió en la columna vertebral de mi vida.
Trabajé en varios medios gráficos. Comencé en el Diario Corrientes y en A los 18 años empecé a trabajar en El Litoral en 1968, donde me hice cargo de la parte de espectáculos. Después cuando se fundó Época me llamaron para que me hiciera cargo de la parte literaria, a la que se le daba muchísima importancia en esos años.
Usted publicó numerosos libros, ¿de dónde sale la inspiración a la hora de escribir?
Todos los artistas son profundamente neuróticos y escriben compulsivamente. No se si se trata de inspiración, se trata más del hecho de que uno no puede respirar y necesita poder hacerlo por algún lado. El pintor hace esto a través del color, el músico mediante el sonido, y el poeta mediante una imagen que no es acústica ni pictórica pero es imagen al fin, que lleva implícito lo acústico porque tiene que vibrar y tener color al mismo tiempo.
Al poeta muchas veces lo toma por sorpresa una imagen mediante la cual comienza a trabajar. Lo que aparece como inspiración debe ser muy trabajado, es un 1% de inspiración, lo demás se debe perfeccionar muchísimo.
¿En qué considera que contribuye la literatura en la vida de una persona y de una cultura?
La literatura es la memoria de los pueblos. A través de ella un pueblo se narra a sí mismo su historia. Es lo que ocurrió con La Ilíada y La Odisea , no sabemos si Homero vivió o no, no hay instrumentos de ciencia histórica que comprueben eso, pero mediante ellas un pueblo se cuenta a sí mismo su historia.
Cuando un pueblo adquiere historia recién puede comenzar a construir su identidad. Ambas son muy importantes, y más aún lo es la posibilidad de que puedan desaparecer debido a la globalización. Culturas milenarias ya están perdiendo su identidad, y la prueba más evidente es Japón que se occidentalizó casi por completo.
Actualmente se habla de una crisis en la literatura mundial, ¿cuál considera que es el origen de la misma?
Hay enorme crisis en la literatura actual por la falta de lectura más que nada. La gente joven cree que escribir es simplemente tomar un lápiz o una computadora y teclear, pero en realidad se trata de reescribir.
Cuando digo esto me refiero a todo lo que uno fue incorporando con la lectura, que pasó a ser parte esencial de cada persona, que vuelve a reciclarse y se transforma en la voz propia. Si no se lleva a cabo este proceso el resultado es un híbrido, es algo experimental, sin valor.
También la crisis está dada por todos aquellos libros que vienen predigeridos por las grandes editoriales. La gente busca leer lo que viene armado por las empresas, porque vive en la dimensión del estrés de la preocupación cotidiana, sin horizontes de tiempo. La lectura necesita un tiempo íntimo, y el hombre actual no vive en sí mismo sino alterado. Sucede en todos los planos de la vida.
¿Internet es un obstáculo que impide que la nueva generación de chicos se acerque a la lectura?
Internet es un abanico que puede suplir a cualquier enciclopedia o libro. El chico que quiere saber sobre el Che Guevara puede encontrar información útil en Internet, al igual que el que quiere conocer sobre historia o pintura, sólo necesita saber buscar.
La opción de estar 16 horas con los videojuegos e ignorar que son el gran negocio mundial de las corporaciones, y que los juegos de guerras son copias de las estrategias empleadas en los verdaderos conflictos, es una opción que ellos tienen.
Los chicos de hoy se niegan a escuchar, no aceptan el diálogo y manifiestan un espontáneo alejamiento del saber. Antes se buscaba el contacto con la persona de mayor edad para encontrar sabiduría y conocimiento, actualmente es una palabra prohibida decir que se tiene más de 40 años, los chicos dicen que “están en otra”.
Es algo que se va agudizando.
El abismo y el Ángel
No huyas : mira a la Esfinge fijamente a los Ojos
Vacíos como los tuyos . Pues la Esfinge Eres Tú.
La pregunta Eres Tú y la Peste Eres Tú,
El exilio, La Ceguera, no son volátiles u póstumas
Cenizas sino el oscuro túnel que oculta los designios
Que los cruentos azares quisieron para ti.
No huyas : Espera. ¿Qué ? El descenso, el descenso,
Siempre el descenso hacia lo in-luminado,
No hacia lo abierto pues todo “Ángel es terrible’
Y solo por su benevolencia reinas en la tierra.
Pues el podría destruirte. Un poco más :
¿ la furiosa simiente
De que surge tu sombra, no lleva impronta de los Ángeles ?
Haz construido tu morada al borde del abismo,
De desatendidas plegarias y preguntas blasfemas
Y sabes que después del silencio y el exilio tremendo,
Nada redime al hombre del peligro y el peligro es Abismo,
Ser libres, ser libres y henos aquí, ciegos
Y solitarios mendicantes después de las tormentas
Y borrascas que trae aparejada la razón.
Un poco más : El Abismo es Ojo que te Observa.
Un solo sí y escuchará el llamado
Y en ese instante mínimo y perfecto comprenderás
Al cabo que solo tú y el Ángel que te habita,
Son el sombrío abismo del que pendes.
LA UCRONÍA DEL SISTEMA REPÚBLICANO EN ARGENTINA
a Susana Sechi
POR Oscar Portela
Suponga usted “ciudadano” que después de junio la escribanía general del Ejecutivo pierda la mayoría:
¿Que piensa que sucedería?
Le contesto: quedarían aún más al descubierto las precariedades del sistema representativo en manos de la partidocracia - que se ha desmembrado absolutamente - y nadie tendría la legitimidad de convertirse en soporte del sistema republicano, que ha dejado en Argentina de tener el poder de sostener algo así como un estado con cierta razonabilidad jurídica.
Otra vez la nación enfrentaría el estado de la anarquía y el caos.
Quien creen en que quitándole al ejecutivo una mayoría parlamentaria Argentina encontraría nuevamente “la correcta vía repúblicana”, el progreso económico y la equidad social, pecan de ingenuidad.
Y además se hacen responsables de tratar de mantener el status quo político conseguido durante los veinticinco años de aparente democracia, en la cual triunfó siempre el criterio totalitario de utilizar leyes de excepcionalidad para manejar la cosa pública.
No cabe la menor duda de que nuestros tribunos – y sobre todo los “terus” del periodo kirchnerista, supieron convivir con los más avezados políticos argentinos de las últimas décadas:
Un gobierno montonero legitimado por la “demokracia” que convirtió la defensa de los “derechos humanos” en la forma más ubicua de re-escribir y reapropiarse de la historia Argentina.
Convivieron con esta mentira en un país colapsado institucionalmente, - y por lo tanto irrecuperable desde el punto de vista económico - esta era la meta que se propusieron los que gobiernan y sus socios –, algunos solo por avaricia de los advenedizos de la política, que entregaron a sus representados y las autarquías provinciales, en calidad de feudos y ellos de señores – y no de gleba – capaces de todas las rapacidades posibles.
El gobierno ha ganado la apuesta por goleada. La Argentina ha vuelto a la década del sesenta más débil y desculturalizada.
Con más exclusión – con la definitiva muerte de la clase media – y con socios dentro de la política internacional que no pasan de ser los torpes momios de una América Latina ya muerta : Fidel Castro y Chávez Frías, recuerdos quizá de cuando el gobierno de Campora exportaba automóviles a la feroz dictadura castrista.
Nunca un gobierno en la historia Argentina mintió tanto he hizo de la mendacidad un arma para convencer a sus enemigos que no adversarios: la señora Fernández presidenta en Ejercicio, dijo hace poco que a ella le encantaba debatir.
El debate implica moverse en un mundo de ideas y conceptos de los que ella carece y no pertenece a sus intereses políticos y personales.
Sus ministros y los miembros de su corte (los D`Elia, Moyano, Pérsico, de Petri) y los usuarios de los superpoderes en el “parlamento” como Rossi y Pichetto o sus Goebels al estilo de Randazzo, Scioli, etc, repiten diariamente el nuevo evangelio Argentino: en la historia de ésta nación existe un antes y un después del matrimonio kirchner.
Bien: tan responsable de esta situación son los nuevos sacerdotes de un imperio que no existe, como la oposición a la que solo le interesa el magro pan de un poder que nació muerto, y que insiste en dar esperanzas a un pueblo que vive ya la oscuridad del abismo.
Hace poco la señora Fernández habló en la Biblioteca Nacional y debió recordar la gestión de Carlos Saúl Menem que la hizo posible en poco tiempo.
¿Son obras públicas o no?
Luego en el teatro de la ciudad de La Plata reconstruído durante el proceso de Reorganización Nacional -lo que debería convertirlo en nada-tampoco nadie recordó el infausto.
Sería lo mísmo que preguntarse durante que periódo se construyeron Atucha, Chocón, el Puente General Manuel Belgrano, y tanta otra obra pública que resisten el tiempo, y solo porque existe un antes y después del matrimonio imperial: Napoleón III y Eugenia de Montijo.
Hoy mayoría anti-oficialista o no, mucho me temo que el pueblo continuará ausente y que solo quedará el recurso de la calle.
Y esto es lo que comienza una vez a suceder más en este triste nación, que no termina nunca de nacer.
FERIA DEL LIBRO:
LOS TEMPESTUOSOS AÑOS 70
Las presentaciones de dos de los libros más vendidos del momento (Timote, de José Pablo Feinmann, y Operación Traviata, de Ceferino Reato) fueron dos de los actos más convocantes y polémicos de la Feria del Libro. Los textos abordan, desde ángulos diferentes, las más resonantes y determinantes muertes, atribuidas a Montoneros, de la vida política argentina: la de Aramburu y la de Rucci.
El debate sobre los años 70 en la literatura
ENTREVISTA AL AUTOR DE “OPERACION TRAVIATA
“El objetivo era apretar a Perón”
“En 1973, yo tenía 22 años y trabajaba en la revista El descamisado. Una tarde apareció Firmenich en la redacción y nos dijo que Montoneros había matado a Rucci”, revela Ricardo Roa (actualmente editor adjunto del diario Clarín) durante la presentación del libro Operación Traviata (Sudamericana), en la Feria del Libro. La autoría del atentado que acabó con la vida del dirigente sindical, en 1973, nunca fue asumida públicamente por la organización guerrillera y fue atribuida a la Triple A y a la CIA. El periodista Ceferino Reato reconstruyó uno de los episodios más trascendentes y menos explorados de la turbulenta vida política argentina de los años 70. Después de la presentación, de la que también participaron Nelson Castro y Sergio Buffano, el autor del libro, del que ya se vendieron más de 45.000 ejemplares, conversó con LA GACETA Literaria.
- En la introducción a su libro usted marca una tendencia ampliamente mayoritaria en la bibliografía que enfoca la década del 70: una concepción políticamente maniquea del pasado, que se considera determinado por continuidades históricas. ¿Cree que ese tipo de abordaje no responde a la lectura que la mayor parte de los argentinos hace sobre su historia reciente?
- Creo que ahora no. Tal vez en los primeros tres años del kirchnerismo hubo en las grandes ciudades, en sus sectores medios, un consenso sobre la visión propuesta desde el oficialismo, que divide los 70 en dos grupos, en buenos y malos. Y el kirchnerismo como heredero virtuoso de los buenos: aquellos jóvenes que querían cambiar la Argentina y la región, y que eran una suerte de vanguardia iluminada de la clase trabajadora y de los sectores populares. Ese consenso fue deteriorándose y creo que estalló con el conflicto entre el Gobierno y el campo, que terminó con la hegemonía del kirchnerismo. Tanto es así que en su último discurso antes de la votación en el Senado, Néstor Kirchner vincula los cortes en las rutas con los grupos de tareas de la dictadura y con los comandos civiles de 1955, pero no logra el efecto buscado. Creo que ahora la gente es proclive a una visión más matizada y compleja de lo que pasó en los 70, que no libre de culpas a la guerrilla, especialmente a la que actuó durante la democracia peronista, entre 1973 y 1976, cuando el ERP se mantuvo en la clandestinidad y Montoneros tenía un pie en ambos lados.
- ¿Le preocupa que su libro sea leído en clave política, como un cuestionamiento al discurso kirchnerista, al enfrentar el idealismo setentista con un crimen injustificable según su propia escala de valores?
- No, no me ha preocupado. Una vez publicado el libro, la clave de lectura pertenece a los lectores. Creo que el discurso kirchnerista es un discurso político, es decir artificial, fabricado, “construido” diría la Presidenta; y que, como todos los discursos políticos, persigue ciertos objetivos. El objetivo ha sido lograr el consenso de los sectores medios urbanos y convertirse en un mecanismo de legitimación. Eso se ve claro en la defensa del Gobierno que hicieron las Madres y las Abuelas durante el conflicto con el campo, algo que no tenía mucho que ver con los derechos humanos, al menos en un sentido estricto. Las Madres y las Abuelas se han convertido en una suerte de escudo moral del kirchnerismo; fíjese que, en cambio, nunca han puesto el ojo en las denuncias sobre presuntos casos de corrupción del oficialismo. Esta es una gran pérdida para la sociedad civil porque deslegitima, en parte, organismos que eran de todos; los parcializa, los politiza.
- ¿No le sorprendió que muchos ex militantes tanto de Montoneros como de la FAR destacaran la revisión que hace su libro?
- No, porque creo que a ellos les hace bien: es muy difícil vivir con la carga de haber participado, de alguna manera, en actos que implicaron tanto sufrimiento para sus semejantes. Me parece que esto los alivia. Creo que ellos y muchos otros hablarían más, contarían más verdades, si no sintieran la amenaza de que algún juez pudiera enviarlos a la cárcel.
- ¿Por qué Montoneros no asume públicamente el asesinato de Rucci?
- Algunas fuentes dicen que no lo hacen para no enemistarse públicamente con Perón y no darle la excusa para romper definitivamente con ellos, ya que el objetivo de este atentado era apretar a Perón -en aquel momento presidente electo- para que volviera a tenerlos en cuenta en el reparto del gobierno y de los cargos en el Movimiento. Ellos no querían romper con Perón y veían en el atentado un hecho político, como si fuera un acto o una solicitada. Eran, además, otros tiempos, llenos de violencia política, y los guerrilleros no eran los únicos que protagonizaban estas situaciones. También es cierto que la violencia política no empezó con ellos en nuestro país.
- Desde el punto de vista estratégico, ¿no era de una ingenuidad extrema pensar que el atentado llevaría a Perón a incorporar a Montoneros al movimiento?
- Yo creo que, mirado desde el presente, sí. Los montoneros estaban en plena disputa con Perón por la conducción del peronismo y del país, y eso era un error, porque Perón estaba grande y enfermo. Pero no podían esperar: sentían que el socialismo estaba ahí, que sólo había que apurar las cosas. Y eran muy jóvenes, “imberbes” según me dijo Perdía.
- ¿Cuánto influyó el atentado en la vida política de la Argentina? ¿Qué habría pasado si los organizadores hubieran decidido abortar ese atentado?
- Es difícil hacer ese tipo de conjeturas. Posiblemente, si no hubieran atentado contra Rucci, Perón no habría endurecido su discurso contra ellos, algo que, por lo menos, creó el clima para la aparición de la Triple A dos meses después. Implicó un alza en el nivel de violencia política, que fue llevando a los montoneros a la militarización completa, a fuertes divisiones y a la clandestinidad. Todos los grupos fueron encrispándose y preparándose para la gran tragedia nacional. Para Perón, la muerte de Rucci fue una pérdida muy grande, porque era quien le garantizaba el control sobre el sindicalismo, que era uno de los pilares del Pacto Social y, en consecuencia, de su plan de gobierno. El asesinato también afectó la salud de Perón en una medida difícil de determinar, porque fue un gran golpe para el General. Fue un error político lamentable, por el que la Argentina pagó un gran costo.
UNA NOVELA INCOMODA
Timote: secuestro y muerte del general Aramburu
Timote (Planeta) admite múltiples y contradictorias lecturas. Eso se advirtió durante la presentación del texto de José Pablo Feinmann en la Feria del Libro, en las interpretaciones que ofrecieron el escritor Guillermo Saccomanno y el sociólogo Horacio González. El primero, después de marcar la dificultad para clasificar un texto que parece oscilar entre el ensayo ficcionalizado y la novela con elementos ensayísticos, afirmó que la obra condena el asesinato del ex presidente Pedro Eugenio Aramburu a manos de Montoneros. González, en cambio, dijo que él entiende que Feinmann no sentaba una posición. El autor entró en escena como tercer orador y confirmó la hipótesis de González. “En Timote, que es una novela, yo no tomo partido”, sentenció.
El 29 de mayo de 1970, el comando montonero integrado por Mario Firmenich, Fernando Abal Medina y Carlos Ramus secuestró a Aramburu en su casa y lo trasladó hasta un sótano de una quinta que el tercero de los secuestradores tenía en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, llamado Timote. Gran parte del libro gira en torno de los diálogos que sostiene Aramburu con su captor, Abal Medina. Son dos católicos que hablan sobre Dios, que discuten socráticamente y que van tejiendo una relación que le dificultará al segundo matar al primero. Sus compañeros se lo advierten, le dicen que debe pensar en la masacre de José León Suárez y en el fusilamiento del general Valle; en las ideas, y no en el hombre.
¿Se trata de un asesinato o de un ajusticiamiento? Esta pregunta plantea el libro y se la formula Aramburu a Abal Medina, a quien le indica además que resulta ilegítimo que ellos se arroguen la representación popular. Abal Medina le contesta que el pueblo festejará en las calles su muerte. Y Feinmann, en la Feria, lo ratifica: “los pobres querían que lo mataran a Aramburu”.
A la hora de juzgar la muerte del militar la distingue, indirectamente, del caso Rucci. “No resulta justificable ninguna muerte bajo un gobierno democrático”, lanza Feinmann e introduce un matiz en el caso que desarrolla literariamente su novela: “a esta altura de mi vida yo divido los hechos en dos grandes grupos: los que favorecieron el golpe del 76 y sus consecuencias, y los que no lo hicieron. La muerte de Aramburu entra dentro del primer grupo, porque él fomentaba la caída de Onganía y un acuerdo con el peronismo para llamar a elecciones. Y eso hubiera evitado mucha sangre”.
Para construir el personaje de Abal Medina, Feinmann le mandó el borrador de su novela a su hijo, Juan Manuel Abal Medina, actual vicejefe de Gabinete, quien hizo una larga serie de apreciaciones para llenar los huecos que dejó la historia en el personaje. En el relato que hace Firmenich para La causa peronista aparece un Aramburu que muere con gran dignidad. Ese es el Aramburu que aparece en Timote, pero además llena lo que no dice Firmenich de los cuatro días en que estuvo secuestrado antes de que lo mataran.
En ese tiempo, el autor monta el duelo intelectual (que contiene debates presentes en la política argentina) entre Aramburu y Abal Medina, a quien construye como un hombre atormentado pero valioso. El antagonista, para el narrador, es Firmenich.
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Fragmento de la novela:
(Aramburu) -Yo estoy pagando por la sangre derramada de Valle. La historia es eso. Una cadena de venganzas. Mi sangre va a reclamar la de ustedes. Matándome se condenan a morir, a que los maten. Alguien me va a vengar. No lo dude. Alguien, alguna vez, se va a sentir con tanto derecho como ustedes ahora. Este país todavía no conoce la furia del Ejército Argentino. Tenemos un Ejército formado por la OAS y por la Escuela de las Américas. Si usted supiera en serio, a fondo, lo que se enseña allí, vacilaría.
(Abal Medina) -Nosotros también nos formamos para la guerra. Pero no nos formaron torturadores, sino revolucionarios. No se equivoque. No va a conseguir que tenga miedo. Ni que vacile.
-Hágase esta pregunta. Se la hizo Gutiérrez de la Concha a Castelli, cuando este se preparaba para fusilar a Liniers. Le preguntó...
- No se gaste, general. Hace tiempo que yo me hice esa pregunta. Me sorprende que usted la conozca.
- Son sus prejuicios. Cree que los militares somos brutos.
- Podría pasarme la noche ofreciéndole pruebas. Volviendo a Castelli: Castelli era abogado. Gutiérrez de la Concha le preguntó qué jurisprudencia era la que lo autorizaba a matar prisioneros. Una pregunta tonta. Castelli era un revolucionario. El y su amigo Moreno. La jurisprudencia eran ellos. Toda revolución crea su propia jurisprudencia. ¿O ustedes hicieron otra cosa? También la contrarrevolución crea sus propias leyes. O deroga las de los revolucionarios.
- Gutiérrez de la Concha dijo algo más.
- A ver, general. Dígalo. ¿Lo leyó en Billiken?
- Voy a dejar de lado esa ofensa. Olvidemos a Castelli. Si cree que mis citas vienen del Billiken voy a evitarlas. La cuestión se la voy a plantear yo. Con mis palabras. Porque son mis ideas.
- Soy todo oídos.
- Usted se me presenta como un revolucionario. Quiere cambiar el régimen al cual yo pretendo integrar a Perón. Usted, por el contrario, quiere usar a Perón para destruirlo. También Castelli quería cambiar un régimen. Fusilar a Liniers era parte de ese cambio.
- Parte sustancial de ese cambio.
- Gutiérrez de la Concha le pregunta: doctor Castelli, ¿qué clase de sistema es el que empieza de este modo? ¿Qué clase de sistema empieza fusilando prisioneros indefensos?
- No busque conmoverme, general. Son demasiados argumentos para defender apenas una vida. Aunque sea la suya. Gutiérrez, a quien llamo así para evitar la parte incómoda de su apellido, decía boludeces, con perdón. Una revolución tiene el derecho de matar a quienes quieren impedirla. Si empieza así, empieza bien. Usted me plantea una cuestión de ética política. Una mariconada liberal. Todo sistema que empieza matando empieza mal. ¿Usted me plantea eso? ¿El fusilador Aramburu? Toda revolución que empieza y no mata cuando tiene que matar está perdida.
- Van a matarme entonces.
Fernando no responde. Se toma un tiempo que a Aramburu le parece eterno. Después, sin solemnidad, pero con cierto aire marcial o con una clara dureza, dice:
- General Aramburu, el Tribunal lo sentenció a la pena de muerte. Va a ser ejecutado en media hora.
Oscar Portela: una poesía que debe mirarse no leerse por Issa Martínez LLongueras
He aquí una muestra apenas de su decir poético, de su lirismo exquisito, contemporáneo y fuerte, que se derrama en la piel del lector. No, no es fácil converger en sus propuestas, para los conservadores o clásicos quizá sean atípicos sus poemas, para los que preferimos la profundidad, las imágenes, el verso libre sin corsé, encontraremos en las propuestas de Óscar Portela esa parte que nos completa en nuestra esencia humana y hasta en nuestros propios caminos poéticos.
Hay una filosofía simple en sus poemas, un simple discurrir de los tiempos y momentos, de los espacios, una franqueza arrolladora que no alcanzan a esconderse por debajo del dominio del lenguaje que caracteriza a su poesía.
Su poesía no tiene tanto que ver con la belleza (como tal), sin embargo, su poesía se hace bella por esa sencillez con la que mira el mundo, con esa resignación, con esa aceptación de sí mismo que no le exime del dolor. Su lenguaje, definitivamente, es un lenguaje de imágenes, por eso, el tipo de poesía que maneja Óscar Portela debe mirarse, no leerse, quien lo lee se queda fuera, quien mira y lleva las imágenes de su lenguaje a su mente, se estremece.
*/ La autora dirige entre otros medios la revista “Palabras Diversas”y de la Red Mundial de Escritores en Español (Remes)
Una breve visita al mundo del gran creador argentino realizado por la ensayista, poeta y directora de revistas literarias digitales Issa Martínez Llongueras.
Canto de Orfeo
poema de Oscar Portela
Y el canto, el canto, oh Dioses, que religaba
al hombre con la tierra: la dulce y beatífica
que penetrará en tus huesos y abrirá tu esqueleto
a la luz de los cielos, al viento de las sierras,
al mar, al mar, sus infinitas olas y todas las estrellas
que marca el destino de dioses y mortales,
el canto humano y celestial, demoníaco o santo,
El que ha huido del mundo
dejando tras de sí el desierto que crece,
la gran voz de los muertos,
las cenizas de la memoria que nada nombra
sino el precipicio que se adelanta de la nada:
Pronto Caronte, pon a tus remos alas
y que mi sombra y yo fulminados
seamos por el rayo que animó el canto
y es hoy sólo negra mortaja,
sólo hiedra ya seca sobre el muro que cierra
el desierto que crece, aquí en mi corazón
y en la voz de las zarzas hablaron a Moisés.
Como Constantino
poema de Oscar Portela
Cuando los Dioses nos retiran el habla,
soplo por el cual el alma canta y da
calor y neuma —todo soplo de vida—,
el ánima, empalidece y calla.
¿Cómo podría ser en su mudez
la roca, y preparar encuentros
con la luz de nuevos Dioses? ¿O
la luz tocar a diana, para " repatriándonos",
entrambos, despejar horizontes
y abrirnos al pétalo cerrado
que florece, como afirmaba Ekardth,
sin por qué?... La misma habla,
su naturaleza muta y la cizaña
sembrada en nuestros huertos,
pone cerrojos a la espera.
Empero, como Constantino
frente a la adversidad, debo mirar
caer los muros sin desertar las armas.
(los poemas pertenecen al libro Claroscuro)
David Fair como polvo de estrellas
por Oscar Portela
Con el polvo de estrellas
y el fuego de los sueños
que llueven en la noche
de lo no sucedido, sueño,
y entonces tú, bíblico David,
como un rubí sobre las
pesadillas del deseo,
vienes a mí como la magia
emanada de la belleza
transmutada en los brazos
-mis brazos hoy vacíos-
que se llenan de la grafía
de tu cuerpo cuando te tomo
de la virgen cintura
y me lleno del polen virgen
de las noches que llegan
y aromas ya olvidados
en esta soledad, oh príncipe
de los olímpicos, tan perfecto
como las líneas esgrafiadas
por un dios ocioso
el día primero de la luz unánime
que surge y se derrama del
agua cristalina de tu cuerpo.
Oscar Portela
CONSTRUCCIÓN
poema de Oscar Portela
Sobre túmulos y lápidas
De abandonados cementerios,
Sobre lo sepultado y lo insepulto,
Sobre el horror visible e invisible,
Edificamos, Construimos.
Sobre las cicatrices y los duelos,
Gritos de ayer y ayees del mañana,
Perceptibles aún para el alma
Mortal, Construimos, Es la lactancia
De los lutos que se irán
Con nosotros a los mares,
Y que ninguna bendición divina
Salvará del invierno y de los
Hielos que apagarán la vida
Entre sus témpanos:
Las estériles
Lapidas, La Historia,
Bajo un cierzo inmortal y sin memoria.
¡Este es el Eclipse ya anunciado!
A fin de cuentas construir moradas
Sobre tierra de muertos
Que aún derivan es construir ficción
En tierra extraña.