Alejandro Lanoël-D'Aussenac
LA FELICIDAD
La verdadera felicidad es no necesitar demasiadas cosas. Sólo las indispensables. El secreto está en saber discernir entre lo que nos resulta imprescindible y todo aquello que acumulamos por el simple afán de posesión.
Cuando hablamos demasiado seguido de la felicidad es porque no somos realmente felices. Lo ideal es no pensar en ella, sino sentirla con las cosas simples y gratuitas de la vida.
La contemplación de una flor, la magnificencia de un paisaje, la belleza de una obra arte, ayudar al prójimo, estar cerca de nuestros seres queridos, hacer lo que realmente nos gusta y para lo que hemos nacido... Esa es la verdadera felicidad.
A UN TEMPLO GRIEGO
Soneto
Célebres ruinas de la tierra doria
Columnario, hermosos frontispicios
El ágora rodeada de edificios
Ilustran el color de tu memoria.
Claro ejemplo de la humana gloria
Capiteles de ornados artificios
A su planta descubre los indicios
De un templo que heredó la historia.
Y en estela de honda sintonía
Esa nota del verso que yo amara
A mi letra prestara su armonía.
¡Noble Grecia! Si entera yo dejara
El alma en tu tierra para siempre
¡En el viento mi canto perdurara!
Alejandro Lanoël-D’Aussenac
Atenas, 2004
PAISAJE DE SUEÑOS
A Clarice Lispector, maestra y amiga.
Allá lejos, el crespo horizonte
nos señala un rumbo que creemos cierto,
un rumbo que aprendemos cada día
caminando descalzos por la vida.
Ilusiones que acuñamos cada noche
En el mundo imaginario de los sueños.
Ilusiones que se vuelven lejanos horizontes
Cada vez más lejos, más grises en la bruma,
como ilusorios e inaccesibles peñascos
que no son metas verdaderas
sino ideas brumosas que nacen el la mente
imágenes calcadas de la realidad
reflejos de los sueños anhelados.
Sueños pensados, imaginados sin descanso
en la oscura bruma de la noche.
Sueños e ilusiones que huyen y se evaden,
ilusiones como aves que escapan a la vista.
Ilusiones que se evaden sin remedio
como altos pájaros que vuelan
en la rotunda inmensidad del cielo.
Ilusiones de barro modelado en sueños
Alumbre de un silencio cruel y extraño
Un silencio hostil que nos trae cada día
al marasmo de la cruda realidad.
Un silencio vano que nos muestra
La extraña senda nocturna de la mente
Senda que transitamos cada noche
Y nos invita a cruzar la vida soñando
La música de la poesía
lengua que habla el mundo sin hablar
que comprende sin decir
manantial de las ideas
brocal profundo de la mente
hondos sentimientos
ahuyentas las salvajes espinas del silencio
con el sonido de los versos
se funde con la brisa
con la pasión de las ideas
el rumor del agua
crisol de sueños que duermen
en lo profundo de la mente
Erráticos sueños, inmaduros deseos
Que no están y sin embargo habitan
En la memoria consciente
Vivir sin vivir, querer, amar…
Modelar ese montón de sueños
Que son harina leve
Luz del fuego de la vida
Que consume nuestros sueños
Y nos brinda el pan recién horneado
En el rosario puro de la mente.
Espirito Santo, Brasil, 15 de agosto de 1959.