Orgullo y prejuicio es una novela de la escritora británica Jane Austen. En ella, captura con elegancia las complejidades del amor, la sociedad y las primeras impresiones.
Sus frases, cargadas de ingenio y profundidad, nos invitan a reflexionar sobre las emociones y juicios que moldean nuestras vidas ¡Sigue leyendo y encontrarás las mejores frases de Orgullo y prejuicio!
Frases de Orgullo y Prejuicio: las más famosas
El amor es como la nieve: es más hermoso cuando es fresco y nuevo, pero con el tiempo puede llegar a perder su brillo.
Jane Austen
No todas nos podemos dar el lujo de ser románticas. 0.93
Jane Austen
Todo parecía prometedor cuando lo pensaba con optimismo. 0.70
Jane Austen
A menudo lo que nos engaña es únicamente nuestra propia vanidad.
Jane Austen
Su orgullo no permitía una felicidad inferior a la de sus amigos. 0.47
Jane Austen
Lejos y cerca son cosas relativas y dependen de muy distintas circunstancias. 0.47
Jane Austen
El orgullo ofende siempre, pero a mí el suyo no me resulta tan ofensivo. 0.23
Jane Austen
Los hombres guapos deben tener algo de qué vivir, al igual que los feos. 0.23
Jane Austen
Ni siquiera es lo bastante guapo para que merezca la pena bailar con él.
Jane Austen
Soy indudablemente la criatura más afortunada de la tierra.
Jane Austen
Frases de Orgullo y Prejuicio sobre el amor
Pocos se mantienen firmes en el amor sin el incentivo apropiado.
Jane Austen
El amor no mira con los ojos, sino con el alma. 2.56
Jane Austen
¿No es la descortesía con todos los demás, la esencia misma del amor? 1.86
Jane Austen
Pensaba que la poesía alimentaba el amor. 1.40
Jane Austen
Los jóvenes, si están enamorados suelen hacer caso omiso de la falta de fortuna a la hora de comprometerse. 1.16
Jane Austen
Nunca he estado muy enamorada, pues si realmente hubiese sentido esa pasión pura y elevada del amor, detestaría hasta su nombre y le desearía los mayores males. 1.16
Jane Austen
Haz cualquier cosa, menos casarte sin amor. 0.47
Jane Austen
En nueve de cada diez casos, una mujer debe mostrar más cariño del que siente. 0.23
Jane Austen
La imaginación de una dama va muy rápido y salta de la admiración al amor y del amor al matrimonio en un momento. 0.23
Jane Austen
El amor es una llama que arde dentro de nosotros y nos da fuerza para seguir adelante.
Jane Austen
Frases de Orgullo y Prejuicio de Elizabeth Bennet
Los que no cambian nunca de opinión deben cerciorarse bien antes de juzgar. 0.70
Jane Austen
Ha de aprender mi filosofía. Del pasado no tiene usted que recordar más que lo placentero.
Jane Austen
Te fastidiaban las mujeres que hablaban solo para atraerte. Yo te irrité y te interesé porque no me parecía a ellas. 0.70
Jane Austen
Si todo lo que he dicho hasta ahora lo interpreta como un estímulo, no sé de qué modo expresarle mi repulsa para que quede usted completamente convencido. 0.23
Jane Austen
Me gustaría saber quien descubrió el poder de la poesía para matar el amor. 0.23
Jane Austen
Nunca sería tan dichosa como tú. Mientras no tenga tu carácter, jamás podré disfrutar de tanta felicidad. 0.23
Jane Austen
Le agradezco su atención y el honor que su proposición significa, pero no puedo menos que rechazarla.
Jane Austen
No podría hacerme feliz, y estoy convencida de que yo soy la última mujer del mundo que podría hacerle feliz a usted. 0.70
Jane Austen
Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia.
Jane Austen
¿Cree usted que habría algo que pudiese tentarme a aceptar al hombre que ha sido el culpable de arruinar, tal vez para siempre, la felicidad de una hermana muy querida?
Jane Austen
Ha de aprender mi filosofía. Del pasado no tiene usted que recordar más que lo placentero.
Jane Austen
Frases de Orgullo y Prejuicio del Señor Darcy
Mis sentimientos y mis deseos no han cambiado, pero una palabra suya me silenciará para siempre. 2.33
Jane Austen
¿Puedo preguntarle por qué me rechaza sin fingir algo de cortesía?
Jane Austen
He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente. 1.63
Jane Austen
El más sabio y mejor de los hombres o la más sabia y mejor de las acciones, pueden ser ridículos a los ojos de una persona que no piensa en esta vida más que en reírse. 1.40
Jane Austen
No tengo la habilidad que otros poseen de conversar fácilmente con las personas que jamás he visto. 0.47
Jane Austen
Creo que en todo individuo hay cierta tendencia a un determinado mal, a un defecto innato, que ni siquiera la mejor educación puede vencer. 0.23
Jane Austen
Tengo muchos defectos, pero no tienen que ver con la inteligencia. 0.23
Jane Austen
Nada es más engañoso que la apariencia de humildad.
Jane Austen
Diálogos de Orgullo y prejuicio
– Dime nada más qué clase de persona es la señorita King, y podré formar juicio.
– Creo que es una buena chica. No he oído decir nada malo de ella.
– Pero él no le dedicó la menor atención hasta que la muerte de su abuelo la hizo dueña de esa fortuna...
– Claro, ¿por qué había de hacerlo? Si no podía permitirse conquistarme a mí porque yo no tenía dinero, ¿qué motivos había de tener para hacerle la corte a una muchacha que nada le importaba y que era tan pobre como yo?
– Pero resulta indecoroso que le dirija sus atenciones tan poco tiempo después de ese suceso.
– Un hombre que está en mala situación, no tiene tiempo, como otros, para observar esas elegantes delicadezas. Además, si ella no se lo reprocha, ¿por qué hemos de reprochárselo nosotros?
Jane Austen
La irritación de Elizabeth crecía a cada instante; aun así intentó con todas sus fuerzas expresarse con mesura cuando dijo:
– Se equivoca usted, señor Darcy, si supone que lo que me ha afectado es su forma de declararse; si se figura que me habría evitado el mal rato de rechazarle si se hubiera comportado de modo más caballeroso.
Elizabeth se dio cuenta de que estaba a punto de interrumpirla, pero no dijo nada y ella continuó:
– Usted no habría podido ofrecerme su mano de ningún modo que me hubiese tentado a aceptarla.
De nuevo su asombro era obvio. La miró con una expresión de incredulidad y humillación al mismo tiempo, y ella siguió diciendo:
– Desde el principio, casi desde el primer instante en que le conocí, sus modales me convencieron de su arrogancia, de su vanidad y de su egoísta desdén hacia los sentimientos ajenos; me disgustaron de tal modo que hicieron nacer en mí la desaprobación que los sucesos posteriores convirtieron en firme desagrado; y no hacía un mes aún que le conocía cuando supe que usted sería el último hombre en la tierra con el que podría casarme.
– Ha dicho usted bastante, señorita. Comprendo perfectamente sus sentimientos y sólo me resta avergonzarme de los míos. Perdone por haberle hecho perder tanto tiempo, y acepte mis buenos deseos de salud y felicidad.
Jane Austen
Qué piensa de los libros? – le preguntó él sonriendo.
– ¡Los libros! ¡Oh, no! Estoy segura de que no leemos nunca los mismos o, por lo menos, no sacamos las mismas impresiones.
– Lamento que piense eso;, pero si así fuera, de cualquier modo, no nos faltaría tema. Podemos comprobar nuestras diversas opiniones.
– No, no puedo hablar de libros en un salón de baile. Tengo la cabeza ocupada con otras cosas.
– En estos lugares no piensa nada más que en el presente, ¿verdad? ––dijo él con una mirada de duda.
– Sí, siempre.
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