Gabriel García Márquez es uno de los más grandes exponentes de la literatura latinoamericana. Su obra, llena de realismo mágico y emociones profundas, ha dejado una huella imborrable en la historia de la literatura.
Sigue leyendo y encontrarás frases de Gabriel García Márquez que reflejan la pasión y la delicadeza de sus palabras así como frases de su novela "Cien años de soledad".
No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.
Gabriel García Márquez
La muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.
Gabriel García Márquez
Toda buena novela es una adivinanza del mundo.
Gabriel García Márquez
El primer síntoma de la vejez es que uno empieza a parecerse a su padre.
Gabriel García Márquez
La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.
Gabriel García Márquez
Es inútil que siga rezando. Hasta Dios se va de vacaciones en agosto.
Gabriel García Márquez
América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas.
Gabriel García Márquez
La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.
Gabriel García Márquez
La sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada.
Gabriel García Márquez
El día en que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.
Gabriel García Márquez
Recuerda siempre que lo más importante de un matrimonio no es la felicidad sino la estabilidad.
Gabriel García Márquez
Ningún loco está loco si uno se conforma con sus razones.
Gabriel García Márquez
Me considero el mejor amigo de mis amigos, y creo que ninguno de ellos me quiere tanto como yo quiero al amigo que quiero menos.
Gabriel García Márquez
Frases de Gabriel García Márquez de amor
El amor se hace más grande y noble en la calamidad.
Gabriel García Márquez
Lo único que me duele de morir es que no sea de amor.
Gabriel García Márquez
El hecho de que alguien no te ame como tú quieras, no significa que no te ame con todo su ser.
Gabriel García Márquez
De todos modos el amor es tan importante como la comida, pero no alimenta.
Gabriel García Márquez
Nada en este mundo era más difícil que el amor.
Gabriel García Márquez
El problema con el matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.
Gabriel García Márquez
Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.
Gabriel García Márquez
Siempre había entendido que morir de amor solo era una licencia poética.
Gabriel García Márquez
Pues habían vivido juntos lo bastante para darse cuenta de que el amor era el amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más denso cuanto más cerca de la muerte.
Gabriel García Márquez
Le había llegado la hora de preguntarse con dignidad, con grandeza, con unos deseos incontenibles de vivir, qué hacer con el amor que se le había quedado sin dueño.
Gabriel García Márquez
Frases de Cien años de soledad
El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para nombrarlas había que señalarlas con el dedo.
Gabriel García Márquez
El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.
Gabriel García Márquez
La necesidad de sentirse triste se le iba convirtiendo en un vicio a medida que le devastaban los años.
Gabriel García Márquez
Apártense, vacas, que la vida es corta.
Gabriel García Márquez
Tenía la rara virtud de no existir por completo sino en el momento oportuno.
Gabriel García Márquez
—Ay, hijo —suspiró—. A mí me bastaría con estar seguro de que tú y yo existimos en este momento.
Gabriel García Márquez
El mundo habrá acabado de joderse -dijo entonces- el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga.
Gabriel García Márquez
Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad.
Gabriel García Márquez
Ella encontró siempre la manera de rechazarlo porque aunque no conseguía quererlo, ya no podía vivir sin el.
Gabriel García Márquez
Había aprendido a pensar en frío, para que los recuerdos ineludibles no le lastimaran ningún sentimiento.
Gabriel García Márquez
Cuídate el corazón, Aureliano. Te estás pudriendo vivo.
Gabriel García Márquez
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