Cuento de Caperucita Roja


Darg Calvo
Revisado por Darg Calvo
Licenciatura en Comunicación Audiovisual

Caperucita Roja era una niña que vivía en una hermosa casa con su mamá. Siempre llevaba una capa y un gorrito rojo.

Un día, la mamá de Caperucita le encomendó la tarea de entregar una canasta repleta de deliciosos caramelos a su querida abuela:

- Caperucita, por favor, lleva esta preciosa cesta de comidas a tu abuela, pero evita el camino del bosque, porque es muy peligroso. Elige el camino de la floresta y no hables con extraños.

Caperucita quería mucho a su abuela y salió de casa muy deprisa, cantando con alegría. Quería darle una sorpresa a su abuela y se puso a recoger las flores que encontró por el camino.

La niña estaba distraída con las flores cuando se topó con el lobo feroz. Caperucita no se dio cuenta de que era el lobo feroz, así que no se asustó ni sintió miedo.

- Hola, Caperucita Roja.
- Buenos días.
- Apenas acaba de salir el sol, ¿adónde te diriges?
- Mi abuelita está enferma, por eso voy a visitarla para darle una cesta con dulces y pasar tiempo con ella.

El lobo, que era muy astuto, no dudó en responder:
- Si quieres llegar cuanto antes a verla, lo mejor será que tomes el camino del bosque en lugar de atravesar la floresta, ¡es mucho más rápido!

Ella dudaba, porque no le gustaba desobedecer a su mamá, pero decidió seguir el consejo del lobo. Mientras Caperucita Roja seguía el camino de la floresta, el lobo fue por el camino del bosque, cantando y corriendo, y rápidamente llegó a casa de la abuela. Llamó a la puerta:

- ¿Quién está ahí? - preguntó la abuelita.

Contestó el lobo, disimulando la voz:
- Soy yo, Caperucita Roja.
- Entra, querida, la puerta está abierta.

El lobo, que era muy rápido, entró y se tragó a la viejecita de un bocado. Luego se puso su ropa y esperó a Caperucita. Al llegar a casa de la abuelita, la niña encontró al lobo y le preguntó:

- ¡Abuelita! ¿Por qué tus orejas tienen ese tamaño tan peculiar?
- Es para poder oir con todos los detalles todo lo que me dices.
- Abuelita, ¿por qué tienes los ojos tan grandes?
- Para verte con mayor claridad.
- Abuela, ¿por qué tu boca es tan grande?
- ¡Es para comerte! - respondió el lobo.

Diciendo esto, el lobo empezó a correr detrás de Caperucita. Al cabo de un rato, tropezó y cayó al suelo. Mientras tanto, la niña se escondió dentro de un armario. El lobo decidió echarse una siesta y empezó a roncar. Un cazador que pasaba por allí lo oyó:

- ¿Qué son esos ronquidos tan raros?

Entró y encontró al lobo en mal estado:

- ¡Ah! ¡Eres tú ahí dentro, malvado!

Al oír la voz del cazador, Caperucita apareció y le contó toda la historia. Aprovechando que el lobo estaba dormido, le abrieron la barriga y sacaron a la Abuelita. Las dos se abrazaron felices.

- ¿Y ahora qué vamos a hacer con este lobo malvado?

Los tres decidieron llenar de piedras la barriga del lobo. Cuando se despertó, intentó huir, pero se cayó y no volvió a levantarse.
Todos se sintieron aliviados y felices. El cazador se fue y Caperucita y su abuela se sentaron en el balcón a saborear los dulces de la cesta. Caperucita prometió haber aprendido la lección y sabía que no volvería a quebrantar las directrices de su mamá.

Cuento de Caperucita Roja

Moraleja del cuento de Caperucita Roja

El cuento de Caperucita Roja muestra la importancia de seguir los consejos de los papás y evitar hablar con extraños, porque pueden ser peligrosos. También manifiesta el valor y la astucia necesarios para afrontar y superar los obstáculos, así como la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo.

Explicación del cuento de Caperucita Roja

Este cuento infantil, uno de los más famosos de todos los tiempos, habla de una niña que tiene buen corazón, pero no sigue las recomendaciones de su mamá y acaba corriendo graves riesgos.

Caperucita Roja estaba tan contenta de visitar a su abuela, llevándole dulces y flores, que se olvidó por completo de seguir los sabios y fundamentales consejos para su seguridad. Así que acabó hablando con un desconocido (el Lobo) y tomando el camino más peligroso.

Sin darse cuenta de la amenaza que suponía el Lobo, porque no siempre nos damos cuenta de que los demás quieren hacernos daño, la niña fue ingenua y no supo protegerse, arriesgando la vida de la abuela a la que tanto amaba.

Sin embargo, el final feliz nos recuerda que siempre hay gente amable dispuesta a ayudar, incluso en las situaciones más difíciles. El Lobo, por su parte, es castigado por su maldad, recordándonos que los que intentan hacer daño a los demás también acaban resultando heridos.

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Darg Calvo
Revisado por Darg Calvo
Licenciatura en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Burgos (2014). Crea contenidos online desde 2017.
Naiana Carvalho
Editado por Naiana Carvalho
Graduada en Pedagogía desde 2011 y especialista en Psicopedagogía por la Universidad Estatal de Ceará, trabaja en la creación de guiones para películas institucionales y publicitarias desde hace más de diez años.